Hormigón anti tensiones
El sistema aumenta la esperanza de vida del hormigón y permite ahorrar en reparaciones y mantenimiento
Hormigón con bacterias
‘Las bacterias reparan el hormigón conforme crecen, al producir caliza que rellena las fracturas y sella el material’
Convivir con el Hormigón
El hormigón es el material de construcción más utilizado del mundo. En términos generales su composición más habitual incluye cemento, arena y agua; aunque un nuevo ingrediente de origen biológico podría entrar pronto en las hormigoneras: las bacterias. Un grupo de investigadores neerlandeses de la Universidad Técnica de Delft (TU) ha desarrollado un biohormigón que se repara por sí solo, al rellenar con la caliza sintetizada por los microorganismos cualquier fractura provocada por las tensiones.
“Las bacterias reparan el hormigón conforme crecen, porque producen caliza que rellena las fracturas y sella el material”, asegura a Teknautasel investigador de la TU creador del sistema, Henk Jonkers. Este material rocoso está formado en su mayoría por carbonato de calcio. Muchos organismos, como los corales, lo utilizan en sus esqueletos y también es un elemento habitual del cemento con el que se obtiene el hormigón. Por ello es un candidato ideal para sanar cualquier grieta.
La caliza producida de forma biológica sella las grietas para impedir daños mayores, pero Jonkers admite que no aumenta la resistencia de la estructura. “Las mayores fracturas deben ser reparadas con los métodos tradicionales, pero el sistema aumenta la esperanza de vida de la construcción”, explica, debido a que se impermeabiliza la superficie y se protege el acero de la corrosión.
Aunque no se trate de un remedio infalible, el investigador asegura que se producirían ahorros considerables, especialmente en aquellos hormigones reforzados con acero como el armado y en construcciones de difícil acceso como. Según Jonkers, “su uso resulta rentable, ya que el sobrecoste para el hormigón se compensa rápidamente con una menor necesidad de reparaciones y mantenimiento”. Además los ingenieros suelen utilizar una mayor cantidad de acero en las armaduras para evitar las fracturas, lo que supone un sobrecoste innecesario.